Situado en el corazón del Camino Primitivo, el concejo de Salas guarda un valioso legado histórico, artístico y natural que sorprende al viajero. Desde su conjunto monumental y el monasterio de Cornellana hasta los palacetes indianos o la ruta del Salmón, este rincón del occidente asturiano ofrece planes para todos los gustos. A todo ello se suman eventos como su animada feria medieval o la tradicional feria del queso, que llenan de vida sus calles y celebran lo mejor de su cultura. Ideal para combinar patrimonio, naturaleza y tradición en una sola escapada.
Conjunto Histórico Monumental de la Villa de Salas
Considerada por excelencia la villa medieval asturiana, Salas es un pueblo que aún conserva su encanto feudal, y es que sus orígenes se remontan al siglo XII. Tiene especial relevancia debido a ser un punto de paso en el Camino de Santiago primitivo, con origen en Oviedo y el más antiguo de todos. Pasear por su casco histórico es como retroceder en el tiempo, ya que las edificaciones de antaño han perdurado hasta el día de hoy. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994 por albergar cuatro Monumentos Nacionales que te recomendamos visitar:
Palacio y Torre de los Valdés: El palacio es del siglo XVI y es la actual sede de la oficina de turismo, hotel y sala de exposiciones. Se encuentra unido a la torre por el simbólico arco de medio punto que representa a Salas. La torre es anterior, fue construida en el siglo XIV y se le daba el uso de cárcel. En su interior hay mazmorras, una escalera de caracol estrecha con peldaños descomunales al puro estilo medieval y una azotea almenada a la que merece la pena subir para ver las vistas de todo el pueblo. En su interior también se encuentra el Museo Prerrománico de San Martín que guarda valiosas lápidas y decoración del prerrománico asturiano del siglo X. La entrada es completamente gratuita.
Colegiata de Santa María la Mayor: Es un templo gótico-renacentista con mandada edificar a mediados del siglo XVI por el arzobispo don Fernando de Valdés. En su interior se puede contemplar el monumental mausoleo de Fernando Valdés Salas, de Pompeyo Leoni, y retablos barrocos.
Iglesia de San Martín: A 1 kilómetro de Salas está ubicada esta primitiva iglesia construida entre los siglos VIII y IX, aunque fue completamente redificada en el S. XV y sufrió algunas remodelaciones los siglos XVII y XVIII. Tiene una sola nave con cubierta de madera y acceso por una puerta gótica con arco ojival. En su interior destaca un retablo rococó dedicado a San Martín.
Tejo de San Martín: Se encuentra en el cementerio de la iglesia. Mide 16 metros de altura y su tronco tiene un perímetro de 6 metros y medio de ancho. Se le atribuye un carácter mágico y ancestral, vinculado a rituales celtas y usos guerreros. Aún hoy es común ver ermitas cristianas junto a tejos centenarios, reflejo de esa simbólica herencia pagana.

Santuario de la Virgen del Viso
A 5 kilómetros de la villa de Salas, en la cima del monte Viso a aproximadamente 600 m de altitud se encuentra este templo de orígenes tradicionales desconocidos pero documentados desde principios del siglo XVII. Desde donde está situado se pueden disfrutar de vistas panorámicas del valle del Nonaya, la Cordillera Cantábrica e incluso el mar en días despejados. Cuenta con una amplia explanada rodeada de robles centenarios y cruces sobre la roca, en un entorno de gran belleza natural.
El santuario está dedicado a la patrona del concejo de Salas, la Virgen del Viso a la cual se le atribuyen favores milagrosos históricos, como lluvias tras rogativas durante sequías, salvación en batallas o en viajes peligrosos desde América.
Junto al santuario se encuentra un área recreativa bien equipada para descanso y actividades familiares. El santuario es también punto habitual de parada de cicloturistas y caminantes atraídos por las vistas, el paisaje y la tranquilidad del lugar
Monasterio de San Salvador de Cornellana
A 9 kilómetros de Salas se encuentra la localidad de Cornellana, donde se puede visitar el Monasterio de San Salvador de ni más ni menos 1000 años de antigüedad. Fue fundado en 1024 por la infanta Cristina, hija del rey de León Bermundo II . Tiene una torre y es de origen románico, pero en el siglo XVII se remodeló su fachada y de ahí su aspecto barroco actual, aunque aún se conservan elementos románicos originales, como la emblemática puerta de la Osa.
Tras esta puerta hay una historia, y es que cuenta la leyenda que la infanta Cristina se perdió de niña en el bosque y fue amamantada por una osa. En agradecimiento, mandó erigir un relieve de piedra junto a la puerta con esa escena.
En 1931 fue declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural. Tras décadas de abandono y deterioro, en años recientes ha recibido restauraciones importantes y celebra su milenario en 2024. Desde su fundación fue un importante refugio para peregrinos del Camino Primitivo, con hospital y alojamiento: hoy dispone de un albergue municipal dentro del recinto.
Ruta del Salmón
Desde Cornellana precisamente comienza esta ruta lineal que lleva hasta Láneo. Es perfecta para familias ya que su dificultad es baja, discurre por caminos pavimentados y el desnivel es mínimo. Tiene una longitud de 23 kilómetros de ida y vuelta si se regresa por el mismo camino, duración aproximada de 5 horas.
Transcurre a la izquierda del río Narcea y recorre zonas declaradas cotos salmoneros de relevancia nacional. En primavera sorprende la vegetación florida: limoneros, naranjos y vegetación de ribera. Durante todo el año se disfrutar del paisaje agrícola de la vega del Narcea: zonas con cultivos de fabas, maíz, patatas, huertos familiares, así como antiguas construcciones rurales como paneras, hórreos y secaderos de tabaco en ciertos lugares.
La Pequeña Habana: Malleza y Mallecina
Conocidas popularmente como la Pequeña Habana, las aldeas de Malleza y Mallecina destacan por su impresionante conjunto de casas de indianos, reflejo del pasado emigrante de la zona. Estas construcciones, de gran valor arquitectónico y simbólico, evocan la época dorada en la que muchos asturianos regresaron de América con fortuna, dejando su huella en forma de palacetes coloridos, jardines exóticos y una arquitectura singular que hoy convierte a este rincón de Salas en un auténtico museo al aire libre.