Xixón no cuenta con un museo específicamente pensado como pinacoteca municipal que permita mostrar la obra artística en propiedad del Conceyu de Xixón, que supera las 4.000 piezas. Este es un problema viejo del concejo y es por ello que se utilizaba el Vieyu Institutu Xovellanos como espacio espositivo y desde el 6 de agosto de 1971, hace 50 años, con la restauración de la casa de la familia Xove-Llanos, se viene usando ese edificio de Cimavilla.

Con todo, el edificio parece quedar escaso para mostrar la amplia colección de arte xixonesa. El proyecto de futuro pasa por ocupar la antigua fábrica de tabacos, lo que anteriormente era un convento, asentada pocos metros más arriba en el mismo barrio. Este espacio parece que le podrá dar la visibilidad merecida a esta copiosa colección y al mismo tiempo garantizar un espacio suficiente para que la vida de Gaspar y Xosefa Xovellanos, asi como otras figuras de esta familia, tengan en el edificio más que las dos salas actuales dedicadas a ellos.

En el edificio actual encontramos una colección de cuadros y estructuras desde el siglo XVIII al siglo XX, con obras de artistas asturianos como Mariano Ramón Sánchez, Ventura Álvarez Sala, Evaristo Valle o Juan Botas, por hacer un recorrido de nombres que pasan de los tres siglos representados en el museo.

Especial protagonismo tiene la obra escultórica de José Mª Navascues, autor que está considerado “de vital importancia pa la revitalización cultural na Asturies artística de les décades sesenta y setenta, siendo güei consideráu como unu de los artistes más singulares del panorama español de la segunda metá del sieglu XX”. No obstante, a mi, como xixonés, me gusta destacar el Retablu del Mar de Sebastián Miranda, expuesto en la última planta, casi en el desván, del edificio. Una obra de largo tiempo de realización, desde 1929 a 1971, que tiene para los xixoneses una especial relevancia, pues recoge a figuras reales talladas en madera con enorme realismo, reflejando la sociedad playa de la primera mitad del siglo XX, con personajes identificados.

Una obra, que además habla de la historia de Asturias. La obra original, realizada en escayola policromada en el año 1931, se destruyó mientras un bombardero del bando franquista en la guerra civil, que afectó al estudio que la artista tenía en Madrid. El relieve en madera que se expone hoy en día es una versión realizada por Sebastián Miranda en 1971, a partir de fragmentos de los moldes originales que pudieron recuperarse. La calidad de la primera versión puede apreciarse a través de una copia en escayola que el mimso artista realizó y que se expone en la misma sala.

El artista, aunque nacido en Uviéu, mantenía una estrecha vinculación con Xixón, donde vivía su hermana, y especialmente con el barrio de pescadores al que acudía con frecuencia y donde instaló un estudio por que los personajes que aparecen en el Retablu posaran para él. Pudieron identificar a muchos de ellos: Pilar Vega «La Malvaloca», «La Peñes Pardes», Montes «L’anarquista», «El Prin», Concha «La Guapa», María «La Monroya», «Pimpón cafetinos«, y un largo etcétera que constituyó una maravillosa fotografía de las personas que ocupaban el barrio de Cimavilla y que le conferían su particular idiosincrasia.

Todos estos contenidos hacen que el Muséu de la Casa Natal de Xovellanos sea un espacio muy interesante para visitar, no solo para el turista, si no especialmente para los asturianos y xixoneses, que puedan encontrarse con un parte importante de la su historia, especialmente en este año en el que el Museo cumple medio siglo.