Desde hace ya más de 65 años, cuando llega el último domingo de julio, se celebra la Vaqueirada en la Braña de Aristébanu, entre los concejos de Valdés y Tinéu. Este domingo 27, vamos a poder disfrutar de uno de los eventos más emblemáticos del occidente asturiano que lleva reconocida como “Fiesta de interés turístico regional” desde 1980.

Los vaqueiros de alzada constituyen desde hace siglos un pueblo con una cultura ancestral muy propia. Se dedicaban a la ganadería trashumante para que su ganado aprovechara los pastos a lo largo de las estaciones en diferente zonas. En verano, llevaban sus rebaños a la montaña, pasando las noches en las brañas, pequeños y característicos núcleos de cabañas de piedra situadas en zonas altas.

Para el invierno, regresaban de vuelta a sus pueblos. Esta forma de vida semi nomádica contribuyó a que desarrollaran una identidad propia, marcada por costumbres, música, lenguaje y ritos diferenciales. A esto también se le añadió la marginación social que sufrieron por parte de los xaldos (nombre con el que se referían a la población rural sedentaria) que les consideraban gentes rudas, pobres y poco cristianas y también discriminación institucional, impidiéndoseles casarse con aldeanos o sentarse en los primeros bancos de las iglesias.

La Vaqueirada 2025

Al ser un grupo social tan diferenciado y con un folclore tan propio, los vaqueiros solían emparentarse entre ellos, perpetuando así unas costumbres que han llegado hasta nuestros días. Para preservar las tradiciones, durante la Vaqueirada tiene lugar uno de los momentos más simbólicos y esperados: una boda tradicional al estilo vaqueiro, en la que dos personas se casan de verdad siguiendo el rito antiguo. La ceremonia se celebra al aire libre, en plena naturaleza, como se hacía antaño, y reproduce fielmente los elementos esenciales del enlace. Los novios e invitados llegan en carros engalanados, precedidos por el ajuar nupcial, que va en un carro tirado por vacas o bueyes, símbolo del trabajo y la vida doméstica.

Los asistentes lucen la vestimenta tradicional vaqueira, que varía según el concejo. Para las mujeres suele incluir faldas largas y pañuelos, y para los hombres camisas, chalecos y sombreros de ala, todo con tejidos resistentes y detalles bordados a mano. Durante la jornada se recrean danzas ancestrales como la danza prima o el xiringüelu, acompañadas de música en directo interpretada con instrumentos tradicionales como la gaita asturiana, el tambor, el pandeiru cuadráu o la flauta travesera de madera. Estas melodías, transmitidas de generación en generación, evocan la vida en la montaña y el espíritu libre de los vaqueiros.

Tras la ceremonia, el ambiente se convierte en una auténtica celebración vaqueira, con un banquete tradicional al aire libre. En la comida de la Vaqueirada no faltan platos emblemáticos: el chosco de Tineo, la rapa vaqueira, las pulientas, el gurupu y las natas vaqueiras. Los frixuelos vaqueiros y la borona preñá también son frecuentes; todos ellos formas de alimentarse con energía y calorías suficientes para aguantar la vida trashumante. Se acompañan generalmente de sidra y vino local.

Asistir a la Vaqueirada es asomarse a una forma de vida que marcó profundamente la historia del occidente asturiano. Es comprender desde dentro lo que significa pertenecer a una comunidad que hizo de la montaña su hogar y de la trashumancia, su camino. Para quienes quieran conocer Asturias desde su raíz, pocas experiencias resultan tan auténticas, conmovedoras y enriquecedoras como esta.

La Vaqueirada 2025