Resulta curioso ver que hasta en los documentos más antiguos pertenecientes a la protohistoria relacionan nuestro territorio con el nombre de Asturies. Eso sí, aunque no cambió mucho la palabra lo que sí pasó por algunas fases fue el territorio a los que esa palabra hacía referencia.

            Todo parece indicar que el origen de la palabra está en el río Esla, un río que baja de la cordillera cantábrica pasando por León y parte de Zamora hasta verter sus aguas en el río Duero. Y es que antiguamente, el nombre de este río era el río Ástura que dio nombre a la tribu de los astures, una antigua tribu celta que ocupaba lo que hoy en día es Asturias, León, y parte de Zamora, Palencia y el norte de Portugal. El nombre del que viene este río parece tratarse de una duplicación de la palabra “agua”, del compuesto “Asta-ura” (agua-agua). No es descabellado pensar que vivían en las montañas de la cordillera cantábrica y poco a poco habían ido extendiéndose a ambos lados de la misma, limitándose al río Navia por el oeste, los pueblos cántabros por el este, siguiendo este río hasta su desembocadura en el río Duero que marcaría su fin.

            Este territorio cambió con el dominio de Roma en el año 20 a.n.e., que encuadró este territorio en el Conventus Astureum con capital en Asturica Augusta, lo que hoy en día es Astorga, en León. La cordillera cantábrica situó entonces como límite geográfico natural entre los astures cismontanos del sur y los astures transmontanos del norte. En esta última se hizo importante el asentamiento de la Legio VII romana, de la que acabó tomando el nombre este territorio: León. La parte norte se acabó quedando con el nombre de “Astura”.

            Finalmente, en la Edad Media el nombre “Asturies”, más moderno que Astura, acaba extendiéndose hasta acabar conociéndose este territorio, el nuestro, como tal desde entonces hasta hoy en día.