La Guaxa

La guaxa es una mujer muy fea y delgadísima que entra por las cerraduras de las puertas por la noche para quitarle la sangre a los niños para que nunca crezcan. También puede chuparle la sangre a las mujeres jóvenes. En muchas versiones esta mujer tiene un único diente con el que pega un bocado para sacar sangre a sus víctimas, otros dicen que es una bruja malvada y otros una lechuza maldita. Pero todas estas versiones tienen una cosa en común: la guaxa tiene sed de sangre.

Pesadiellu

Nadie conoce el aspecto del pesadiellu. No sabemos cómo es, pero sabemos cómo actúa: Se presenta por las noches mientras dormimos, haciendo fuerza contra nuestro cuerpo, presionándolo e impidiéndonos respirar, lo que hace que sus víctimas sufran mareos y sean incapaces de dormir. Dicen algunos que sólo rezando puede vencerse a este monstruo misterioso. Otros que con los años ha cambiado de nombre y hoy en día se le conoce como “ansiedad”.

Pataricu

No por ser menos conocido el pataricu da menos miedo. Se trata de un gigante con un ojo en la frente que vive en un extraño país que decían que existía entre Navia y el río Eo. Este chocante ser tiene muy desarrollado el sentido del olfato, lo que le ayuda en la caza de su comida favorita: carne humana. Concretamente, la de los náufragos que se perdían por el río, a poder ser crudos, ya que no conocen el fuego. No en vano, en algunas partes de Navia aún se dice “eres más malo que el pataricu”.

La güestia

La güestia es el ser más representativo de la noche de las ánimas. Encabeza una terrorífica procesión compuesta por las almas de los muertos más recientes de las aldeas, dando vueltas alrededor de la casa de quien estaba a punto de ser partícipe de esa mortífera procesión. Esta alma en pena baja por los pueblos de Asturies, caminando por los bosques al grito de “Andad de día que la noche es mía”, alumbrándose con unas velas que en realidad son huesos. Dicen que habitualmente encontraba a algún despistado por los bosques perdido, y le daba una vela para ayudarle. Esta persona al llegar a casa, se encontraba con que esa vela era en realidad un hueso y moría algunos días después.