Que la sidra la es bebida insignia de Asturias, es una de esas cosas en las que todo el mundo está de acuerdo y sobre quien en un ha ninguna discusión. Tanto es así que es el símbolo inconfundible de nuestra cultura gastronómica. La sidra es una bebida que representa, por sí misma, la sociedad asturiana a la perfección, ya que muchas veces es sinónimo de fiesta (jamás falta en nuestras fiestas), sociabilidad (¿hay bebida más social que la sidra? Una bebida que, por costumbre, va de antemano en mano) y conexión con nuestros orígenes. Cualidades que comparte también completamente con una de las villas más visitadas de Asturias: la bonita Ribeseya. Por ese, esa conexión entre sidra y Ribeseya es inevitable, y lleva siendo evidente en los seis años que lleva celebrándose en la villa marinera la Fiesta la Sidre.

Una fecha marcada en rojo en el calendario para los más aficionados a la sidra, y una cita ineludible todos los años (excepto los dos años de “parón” por el andancio) y que cuenta siempre con el más destacable de nuestra bebida por antonomasia. Por destacar algunas de su últimas hazañas, en su edición de 2019 han llegado a ser noticia en algunos medios estatales, ya que en su clausura se ha agradecido que se escanciaran alrededor de 3000 botellas de sidra (unos 2000 litros).

Una de las cosas que más ha conseguido potenciar la Folixa la Sidre de Ribeseya es el concurso oficial de sidra casera, en el que participa gente de todos los concejos de Asturias. Uno de los más esperados mientras todo el año por gente y lagares de toda nuestra tierra. En este concurso, los lagares participantes (el concurso suele contar con la participación de algunas de las marcas más prestigiosas de la sidra casera natural) presentan el líquido a concurso que es juzgado por algunos expertos y expertas de sidra, dándoles una puntuación a todos los elementos importantes compongan la sidra. El concurso suele procederse algunas fases (primera ronda, en el momento que pasan seis “palos”, semifinal, con un nuevo corte de seis y la final como gran cierre con llave para la fiesta) en la plaza el Mercado. Habitualmente la lucha por el primer puesto está muy reñida, resolviéndose algún año por medio de desempates o diferencias de apenas un punto. ¿Se repetirá esa emoción este año? Pero claro, en un ha sidra sin echar. Por ese, además de este concurso, en un puede faltar el tradicional concurso de echadores de sidra, buscando a lo mejor “echador” o “echadora” de ente los participantes. Un concurso que es puntuable para el campeonato oficial de Asturias.

Pero ahí donde haya sidra no puede faltar música. Por eso este año repitió (como ya lo fijo por primera vez en 2019) el concurso de Gaiteros ‘Gelu Cuervo’, en homenaje al veterano gaitero y animador de fiestas del mismo nombre, aparte de gaitero oficial de Las Piraguas. Un concusu que aparte de la categoría absoluta cuenta con una categoría infantil en el que podremos ver el futuro de nuestra música, contando en ambas categorías con premios en metálico. El concurso está organizado por el departamento de Gaita Asturiana de la Escuela Municipal de Música de Ribeseya y por Agiliza Ribeseya. Y tocante a la música, en un los faltarán canciones de bar, conciertos y bandines tradicionales para acompañar, como en un puede ser de otra forma, de buena música y baile a esta fiesta. Y es que en seis años, por la Fiesta la Sidre de Ribeseya habían pasado ya todos los grupos asturianos que están a la cabeza, como Escisión, Mujeres, Andrajo, La Tarrancha, Cantaruxare, Corquiéu, ¿Aú?, etc.

Siguiendo con grandes tradiciones de Asturias que acompañan un buen culín de sidra, en esta fiesta podremos disfrutar de un campeonato de valtu, una modalidad de lucha típica de Asturias y del norte de León desde los siglos XI y XII. Este deporte consiste en “revolcar” a el hostil al suelo sobre la espalda. Según sus regles, el luchador o luchadora tiene que conseguir que la espalda de su hostil toque el suelo. El luchador o luchadora se valdrá de su fuerza y, más importante aún, de su agilidad física y mental para “revolcar” a el hostil. Un valtu es un punto, mientras que medio valtu es medio punto. Junto con ello, en una falta el tradicional campeonato de bolos cuatreada.

Una fiesta llena de tradición y cultura, en un concejo que siempre está lleno de tradición y cultura. No podía ser en otro lado que en Ribeseya.