Bruno Fernández Cepeda

Nació en Villaviciosa, en la parroquia de San Vicente de la Palma en 1744. Como clérigo, fue preceptor de latinidad y se dedicó al estudio y a la enseñanza de la Gramática. En Villaviciosa perteneció al círculo de amantes ilustrados de Francisco de Paula Caveda. Era conocido con el alcuño del Dómine. De su obra se conservan tras poemas en asturiano. Murió en Villaviciosa en 1803.

Antón Balvidares Argüelles

Nació en Balvidares, concejo de Sariego, en 1751. A diferencia de la mayor parte de los otros escritores ilustrados, no pertenecía al estamento religioso. Vivió la mayor parte del tiempo en la posesión de Loto, en el concejo de Nava, donde murió todavía joven en 1792. Nada más se conserven las obras que publicó Caveda en 1839, aunque se sabe que ha escrito más que no están localizadas.

Xuan González – Villar y Fuertes

Nace en Luanco en 1746 y muere en León, donde era Deán de la Catedral, en 1820. De este autor nada más se conoce un poema largo en octavas reales. La Xudit, escrito en 1770 y publicado por vez primera en 1990. De las obras que en los han llegado del siglo XVIII es la más claramente influida por Antón de Mari-Reguera, lo que le ha valido el poco aprecio de Caveda (éste, como buen romántico, rehusa la literatura del barroco) y que rodara inédita hasta fecha tan reciente.

Xosefa de Xovellanos

Nació en Xixón en 1745 y murió en la misma ciudad en 1807. Era la hermana pequeña de Gaspar Melchor. Viuda desde muy joven, sin descendencia, dedicó la vida a ayudar a las mujeres desvalidas, creando instituciones para ello. Profesó como monja en las aguestines de Xixón en 1793. Esta escritora, la primera mujer conocida de nuestra literatura, es la más destacada de los autoras del XVIII, y en su obra pueden encontrarse elementos que definen la literatura ilustrada más que en ningún otro autor: la crítica delante las desigualdades sociales y la denuncia del comportamiento de las clases nobles.