L’Amuravela es un sermón laico, una tradición medio religiosa y medio profana heredada de generación en generación como demostración de la especial devoción que el pueblo pixueto siente por su Patrón San Pedro y que consta de dos partes, el relato al Santo y la maniobra de saludo.

L’Amuravela es de las costumbres más antiguas de Cuideiru y se celebra en la Ribera junto a la plaza del Sable, en pleno centro del casco antiguo del pueblo. e celebra durante las fiestas patronales de Cuideiru, todos los años el día de San Pedro, el 29 de junio.

No se sabe exactamente cuándo fue el comienzo de esta tradición. Según diversos comentarios y estudios, podría datar de hace más de 400 años (hacia 1569), época en que tuvo lugar la construcción de la Iglesia. Durante esa época habían vuelto los marineros que acompañaron a D. Alvaro Menéndez en la Conquista de la Florida, embarcados en una nave construida en Cuideiru, “El Espíritu Santo”. Durante ese viaje aprendieron el saludo que se hacía al Almirante y quisieron hacer lo mismo con su Santo Patrono.

Podemos decir que L’Amuravela, cuyos orígenes como hemos visto se pierden en la historia de Cuideiru, es una crónica en verso de los acontecimientos de la villa pixueta y del mundo, llena de gracia e ironía. En 1946 se recuperó esta gran tradición : el Alcalde de Cudillero D. Luis Antolín y D. Luis Tejerina llegaron a un acuerdo con el cura de entonces, D. Juan Méndez, para que se recitara L’Amuravela sin la presencia de San Pedro.

Una de las personas que más ha hecho para que esta tradición se mantuviera ha sido Elvira Bravo, autora del Sermón desde 1947 hasta su muerte en 1986. Otra de las personas destacadas en la labor de recuperación y mantenimiento de L’Amuravela ha sido Juan Luis Alvarez Bravo “Totó” (hijo de Elvira Bravo), recitador durante 32 años. En el año 1983, “Totó” tomó la decisión de dejar L’Amuravela. Diversos acontecimientos le obligaron a continuar hasta 1984, pero ya buscando un sustituto.

Al año siguiente, 1985, Cesáreo Marqués Valle toma el relevo y desde entonces es el actual recitador de L’Amuravela. Desde el año 1995, también es su autor. Gracias a su amor a Cudillero, esta ancestral tradición no se ha perdido y en su ánimo está mantenerla y promocionarla todo lo que se merece.