Baduxu es una aldea medieval situada en el concejo de Proaza y está declarado Bien de Interés Cultural desde el año 2009.

A menudo encontramos listas interminables de cosas o destinos a los que ir al menos una vez en la vida. Banduxu es una de esas estampas que no te dejarán indiferente, a la que querrás volver y donde notarás que se detiene el tiempo.

Esta aldea de apenas 40 habitantes, merece todos estos halagos y muchos más por su arquitectura medieval perfectamente cuidada, unas fascinantes vistas y un paisaje que creció entre longevas tradiciones. Banduxu se alza en la zona central de Asturies, desde lo alto de las montañas que lo rodean se conjuga con el verdor de su naturaleza en perfecta sintonía. La aldea de Banduxu se divide en siete barrios que encarnan como ningún otro sitio la cultura medieval: La Reguera, La Molina, Palacio, Toral, El Barreiru, Antelaiglesias y Campal.

Adentrándose en sus callejuelas podemos ver hórreos antiguos, bajo ellos se guardan utensilios como rastros o corzas, cestos hechos con ramas de avellano para llevar útiles del campo. También podemos visitar un antiguo lavadero muy bien conservado, casas de piedra con encanto y su peculiar cementerio donde las tumbas no tienen lápidas ni dueño. Así, cuando alguien muere, ocupa el lugar de aquella persona que más tiempo lleva enterrada allí. En ese mismo cementerio se celebra una de las tradiciones con más vistosidad puesto que que en el Día de los Difuntos, las tumbas se decoran y cubren con flores, una costumbre que sus lugareños mantienen orgullosos hasta hoy en día. Otra de las curiosidades de sus habitantes es la flor de los partos como remedio casero. Era ésta una flor seca, que se ponía al lado de las parturientas, en un vaso de agua, y se abría como señal de que todo iba a ir bien.

Sin duda, esta aldea que parece detenida en el tiempo, es ideal para desconectar de nuestro día a día para conectar con nosotros mismos. Un lugar donde naturaleza, silencio e historia son los protagonistas. Banduxu es un trozo de magia en nuestro Paraíso Natural. Merece la pena descubrirlo. Al menos, una vez en la vida.