El concejo de Ayande esconde entre su calles, montañas y poblaciones muchos secretos. Algunos que, incluso, llegan a ser leyenda. En cambio, uno de esos secretos que esconde este concejo del suroccidente de Asturies llena de magia las rincones de la parroquia de San Salvador del Valledor, uno de los rincones del concejo más aislados en toda Asturies, ya que nada más desde La Puela, capital del concejo, se tarda aproximao 1 hora en coche. El secreto mejor guardado del Valledor y de Allande son Os Reises del Valledor, una costumbre que consiste en una mazcarada que transforma a los vecinos del pueblo con el inicio del año y con el objetivo de cantar, bailar y pedir el aguinaldo.

Os Reises del Valledor, asentado en las celebraciones de la parroquia ayandesa, dejó de organizarse algunos años, en particular, entre la década de 1960 y 2009. En cambio, es precisamente en ese último año cuando la asociación Concejo de Cultura Tradicional Costumbres Astures ha tomado la determinación de recoger de la tradición oral toda la información sobre esta comparsa para que no se perdiese y que llevaba medio siglo sin celebrarse. A la cola, la Asociación Cultural Amantes de Fonteta ha asumido el testigo intentando recrear lo que se hacía antiguamente y que con el paso del tiempo había quedado en el olvido.

La comitiva de esta tradición agradable está formada generalmente por once personajes habituales que van acompañados de algún gaitero, un tamborilero y un acordeonista. Estos recorren los pueblos de Vilalaín, San Salvador y Fonteta, parando en cada casa habitada (menos en aquellas que tuvieran alguna defunción ese año) pidiendo el aguinaldo. Habitualmente, es El Choqueiro el que encabeza el grupo, haciendo sonar llueques que suele llevar colgadas por la cintura. El Choqueiro de Os Reises va con los cencerros con el propósito de dar anuncio de la presencia de toda la comitiva, es una de las representaciones que los vecinos escogen de entre algunas personas y que tiene el sentido de premio, con mucha importancia para los habitantes de esta parroquia.

A este, los siguen los bonitos y los feos («os de a roupa boa y os de a roupa ruía»), entre ellos El Militar y El Valenciano con sus respectivas Madamas, dispuestos a cantar y bailar, no sin antes pedir permiso para hacerlo diciendo «¿Cantamos o andamos?». En el caso de que la respuesta sea «cantamos», entonan una misma melodía que dice: «Aquí venimos cuatro, cantaremos dos, nos dé el aguinaldo, señora, por Dios…». Una vez que se canta este, A Cerda recoge los regalos ofertados en un saco que lleva consigo para después compartir con todo el grupo.

Entretanto, el resto de la comitiva anda haciendo trastadas por todos los lados: El Maragato se encarga de que nadie pase sin un bocado de nabo y pesando en su romana los pechos de mujeres y las «partes nobles» de los varones asistentes. La Barredora se dedica a ensuciar más de lo que limpia; La Cardadora siempre está en sus labores de encontrar piojos entre el por el de la gente más que de cardar llana; El Ródalo también está a cada momento haciendo trastadas, tiránida tierra, piedras, leña contrapesada, atravesando palos en los caminos o quitando gorros y levantando faldas. Cuando las campanas de la iglesia de San Salvador marca las dos de la tarde, toda la comitiva se junta frente al templo para dar por concluido el desfile y echar unos bailes después de una mañana bien larga recorrer calles ayandesas a la recolecta del aguinaldo.

De esta manera, podemos decir que remata una mazcarada tan agradable como la de Os Reises del Valledor, organizada por la Asociación Cultural Amantes de Fonteta. Merece mucho la pena disfrutar de uno de los tesoros etnográficos del suroccidente asturiano, un territorio que guarda entre su entrañas un montón de tesoros que es necesario mantener.