Ibrahim Aliatar era un noble guerrero del reino nazarí de Granada y llegó a ser caudillo de estos territorios. El valor que este hombre tenía en la batalla fue recompensado por el rey del momento, Boabdil, e hizo que se casase con su hija, Morayma, de la que llevaba mucho tiempo enamorado. Este hecho hizo que se convirtiera en el Príncipe Aliatar, el nombre por el que actualmente es reconocido. Muerto en el campo de batalla, en la guerra de Loja, este guerrero se recuerda en la historia nazarí con gran cariño, tanto por sus hazañas como por su buena relación con el rey Boabdil, convirtiéndose en un héroe local.

Su trabajo como mensajero del reino era motivo suficiente para convertirlo en el personaje perfecto y hacer de emisario para recoger las cartas de los niños y trasladárselas a los Reyes Magos y, aunque su principal ámbito de aparición es, lógicamente en las zonas andalusíes como Granada o Loja, entre otras, en Asturies también tiene un papel muy importante en las cabalgatas que se celebran cada cinco de enero.

De hecho, el origen de Aliatar se relaciona con Uviéu en cientos de ocasiones. Dicen que fue creado por el periodista ovetense José Fernández Buelta al nacer su primer nieto. Aliatar sería el regalo de su abuelo uvieín.