Dicen los playos que el auténtico espíritu gijonés está en el barrio Cimadevilla y que todo el que está más allá, de la antigua Baxovilla, no es mas que un Gijonés descafeinado. Pocos barrios en Asturias tienen la fuerte identidad propia de la que presumen los playos y las playas (gentilicio por el que se conoce a los residentes del viejo barrio pescador de Gijón)

La identidad playa se ha construido desde hace milenios, cuando esta península llegaba a ser isla en las mareas altas, era el lugar perfecto para complicar la entrada de invasoras en la ciudad. En cambio, esto no impidió que Cimadevilla recibiera a otros pueblos a lo largo la historia que han dejado su huella en la ciudad, ya desde los romanos que han dejado entre otras cosas una fábrica de salazón, debajo del actual Plaza el Marqués y unas termas, hoy visitables bajo el Campo Valdés.

Cimadevilla ha cambiado bastante en el último medio siglo, de ser un barrio pescador y de calles oscuras a convertirse en una cuidada zona residencial, en la que básicamente ha trabajo en la hostelería, el turismo y los servicios. Un barrio que visitan cada año miles de turistas que quieren probar sidra y la gastronomía asturiana en los muchos y buenos bares que encuentran en todas las plazas.

Frente a la mayor de las plazas, Campo de Caso las Monjas o Plaza el Lavadero, se levanta el edificio que fue el primer convento de las Agustinas y después de la desamortización, desde 1842 y hasta 2002, fábrica de tabacos.

Este edificio que está en obras desde hace unos años, plantea ahora el futuro del barrio de Cimadevilla con algunos proyectos que quieren convertir a Cimadevilla en un espacio que siga atrayendo turismo y al mismo tiempo pueda convertirse en sede de empresas creativas.

Te animamos a recorrer el barrio y a descubrir las muchos tesoros que aún conservan.