La historia del descenso data sus comienzos a principios de los años 30, ya que anteriormente el piragüismo era un deporte desconocido en España. Fue impulsada por Dioniso de la Huerta, un catalán que veraneaba en Asturias. Junto con un grupo de amigos, decidió realizar, utilizando unas embarcaciones hechas con hierro, madera y lona, realizar un bajada por el río Piloña (afluente del Seya) hasta Soto de Dueñas. Ya en 1931, lo realizarán desde Sotu Dueñes llegan a Ribeseya. En 1932 se establecen la mayoría de las pautas que marcan la celebración: el recorrido de la prueba serán 19 km desde Les Arriondes hasta el puente de Ribeseya, se celebrará el sábado siguiente al primer jueves de agosto, y se establecerá como competición. Poco a poco va creciendo la fiesta y la participación. Debido a la Guerra Civil de 1936 a 1943, se tuvo que dejar de celebrar, y a partir de 1951 se convirtió en una carrera internacional, debido a la participación de palistas de Francia, Italia o Portugal. Y es en los 60, cuando llega su apogeo, con un gran nivel deportivo.

Desde los comienzos del Descenso, un grupo de amigos acompaña por carretera a los palistas; en principio es un número reducido de personas que meriendan con los deportistas y los anima. Pero con el paso de los años crece tanto la cantidad de gente que se empieza a crear un nuevo acontecimiento: La Fiesta de las piraguas.

Ésta se desarrolla en el desfile por Arriondas anterior a la prueba deportiva, que finaliza con la lectura del pregón en el puente y con el Asturias, Patria querida, dando la salida a los palistas; también en el tren fluvial, donde la gente baja el rio viendo la carrera, también se desarrolla en los Campos de Ova, donde comen palistas y seguidores; y en las romerías nocturnas de Les Arriondes y Ribeseya.

En la actualidad la carrera es retrasmitida por televisión, y se encarga de sus preparativos y de la buena organización el comité organizador del Descenso Internacional del Seya.