El embalse de Tresona es un gran lago artificial situado en el concejo de Corvera, muy cerca de Avilés, con capacidad para cuatro mil metros cúbicos de agua y un calado de unos veinte metros. Este embalse puede que les suene a los aficionaos de la piragua, ya que tiene buena fama por sus competiciones náuticas, a cuyos deportistas se ve entrenar por allí casi diariamente. Sin dejar de mencionar las aves migratorias que suelen recalar en el embalse, o les giras campestres de hermandades vecinales que se celebren. 

           El embalse está rodeado de las localidades de Santa Cruz y Los Campos por el oeste, Tarín y Monte Pando en el este, El Portalgo y Nubleo nel sur, y Tresona, Overo y el palacio de Peñalver en el norte, además del centro comercial Parque Astur. El camino hasta el lago desde cualquiera de estos sitios es bastante sencillo y agradable, rodeado de caminos, pistas de “running”, sendas y hasta una antigua plantación de kiwis.  

            Una vez ahí, para cruzar de una orilla a otra del lago, desde las instalaciones náuticas (“el Náutico”, como llamen a la zona per ahí) puede pasarse por un puente de pontones sin peligro. Eso sí, mucho cuidado con los niños o personas que puedan tener algún problema de vértigo. Es aconsejable ir en pequeños grupos.

            Rodear el embalse es otra forma bastante amena de pasar la tarde, lo cual puede llevarnos unas dos horas de camino, entre hacer fotos al paisaje, los valles que nos rodean, y, si tenemos suerte, algún ave migratoria interesante que se asome por ahí. Los aficionados a las piraguas y los deportes acuáticos también pueden disfrutar casi cada tarde del entrenamiento de los piragüistas que pasan por ahí haciendo gala de su habilidad con las palas. Este camino tan bello cuenta además con varios merenderos donde para un almuerzo acogedor. Una pausa ideal para sacar unas bonitas fotos a los alrededores y presumir de esta visita en Instagram.