Margarita Salas nació en la parroquia de Caneiru en 1938 y es un de las científicas más importantes del mundo. Mañana siete de noviembre hará un año que nos ha dejado, y queremos homenajearla repasando brevemente su vida.
Se integró en las ciencias de la medicina de muy joven a través de su padre, pese a que por aquel entonces era un mundo en el que no estaba bien visto que se metieran las mujeres. A los 16 años se marchó a estudiar a Madrid y en 1958 ha conocido a Severo Ochoa, del que fue discípula.
Después de irse hacia los Estados Unidos en 1964, fijo grandes avances en la biología molecular junto con su marido: Eladio Viñuela. Entre sus logros destaca el del descubrimiento del ADN polimerasa, una proteína esencial para el desarrollo de la ingeniería genética y que tiene varias y muy importantes aplicaciones en la biomedicina.
En los últimos años de su vida fue profesora “ad honorem” en el centro de biología molecular Severo Ochoa en Madrid y tiene algunos premios y reconocimientos por sus investigaciones científicas.
Otro logro personal importante fue el de ser primera mujer asturiana en ingresar en la academia nacional de las ciencias de los Estados Unidos. Y es que no podemos olvidar que Margarita se metió en un mundo de hombres, consiguiendo abrir camino para varias mujeres. Sobre esto, ha llegado a decir:
En un futuro no demasiado lejano, yo pongo quince años, la mujer ocupará en el mundo científico el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad y su trabajo. Yo creo que sin cuotas vamos a llegar, lo que quiero es que no haya discriminación negativa por el hecho de ser mujer. [Pienso, luego existo. La 2 de RTVE, 15 de julio de 2013]
Su esfuerzo por hacer de este un mundo más fácil y mejor para todos y para todas, no debe ser olvidado, sobretodo en tiempos donde las investigaciones son más esenciales que nunca.
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