Asturies y su pasado minero sigue estando presente en la cultura, en el paisaje y en la idiosincracia asturiana. Aunque de la mina ya no se extraigan toneladas de carbón, sigue siendo motivo de trabajo para muchas personas. En una de esas muchas minas que copan el paisaje asturiano, se encuentra el Ecomuseo Minero Valle de Samuño, un lugar que te traslada a las entrañas de la tierra para conocer cómo eran las duras condiciones de trabajo de cientos de personas.

El tren del Valle de Samuño

La antigua estación de El Cadavíu actúa como centro de recepción de visitantes, con una estética fiel a la desaparecida estación de Samuño. Allí, se puede contemplar una exhibición de herramientas y equipamiento minero, una exposición de fotografías antiguas de minería, un audiovisual y diversos paneles que explican el recorrido. Desde este punto, el tren comienza su recorrido hasta el interior de la mina, donde una grabación explica punto por punto las partes de la mina y los trabajos que hacen en ella.

Un viaje al corazón de Asturies

Tras la finalización del trayecto en tren, mediante el que habrás entrado en el interior de la tierra a través del Socavón Emilia, una mina de más de 120 años de antigüedad, descubrirás la vida de los mineros en las entrañas de la tierra. Este es el trayecto ferroviario más largo que se puede realizar en España a través de una galería minera real, arrancada a la montaña a pico y pala por personas que allí dejaron su impronta, su sudor y, en ocasiones, su vida.

Después de conocer el interior de una mina, una jaula te subirá a la superficie, pudiendo conocer las instalaciones exteriores del Pozo San Luis, con su correspondiente explicación. Visitarás la Casa de Máquinas con su Castillete, la Lampistería, Casa de Aseo, Oficinas, Carpintería, Fragua y Botiquín, además de otra bocamina (el socavón Isabel), una exposición de cuatro locomotoras de distintas épocas o el Centro de Interpretación del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. 

Mina y paisaje, protagonistas en el Valle de Samuño

Tras la ilusionante y curiosa noticia conocer el paisaje más allá del museo es muy interesante. Aunque existe la posibilidad de que regreséis en tren al punto de origen, muchos visitantes deciden regresar a través de un sendero que sigue el camino del carbón. Se trata de una senda asfaltada de 2 Km de recorrido que une el Pozo San Luis con la Estación de El Cadavíu. No presenta ninguna dificultad, puesto que no tiene ni desvíos ni pendientes. Esta senda sigue el trazado de los ferrocarriles que unían las instalaciones de las dos empresas mineras protagonistas en este valle: Carbones de La Nueva y Carbones Asturianos. En el arranque de la senda, a pocos metros de la salida del pozo, se encuentra hacia la derecha el polvorín, un auténtico “búnker” donde se guardaban los explosivos necesarios para la actividad extractiva.