Nacido en Sotu Rei en 1956, José Antonio Lobato se formó en el Conservatorio Superior de Arte Dramático, Música y Danza de Córdoba. En 1977, junto a nombres como Arturo Castro, Ceferino Cancio, Monchi y Miguel Ángel Granda funda el «Teatro Margen» desarrollando una admirable carrera en el teatro, del que era actor y también administrador-director.

Con una voz poderosa e inconfundible, se hizo un hueco en las familias de varias generaciones acostumbrados a escucharla e identificarla en documentales, anuncios y trabajos de doblaje. Entre los títulos de su filmografía destacan «El vivo retrato», «Mi nombre es Sombra», «Una pareja perfecta», «El portero» o «La torre de Suso».

El polifacético actor asturiano estrenó dos películas recientemente: «Enterrados», dirigida por el también asturiano Luis Trapiello, y «Vitoria, 3 de marzo». Aunque gran parte de su carrera se da en el tablado, su última aparición en la televisión ha sido en la serie de televisión «Teresa» (Padre Ángel).

Jose Antonio Lobato fue uno de los actores más carismáticos del teatro asturiano, lleva más de 40 años sobre las tablas encarnando personajes como Otelo, Don Lucas del Cigarral, o Edipo, entre otros.

Lobato también ha participado en series populares como «El Ministerio del Tiempo» encarnando a Armando Leiva, «Hospital Valle Norte», «El Continental», «La Catedral del Mar», «Vientos de agua» o «La Zona». En su haber destacan también varios cortometrajes y largometrajes como «33», «Humanos con patatas», «El pozu» y «Entaína», «La torre de Suso» (Fonso) y «The performance»

En 2018 participó en el montaje de la zarzuela «Luisa Fernanda». Su pasión por la interpretación viene desde bien temprano: sus padres eran grandes cinéfilos y el pequeño Lobato estaba familiarizado con los nombres de las estrellas de Hollywood. Un día le preguntaron qué quería ser de mayor, respondió: «Marlon Brando». Paradojas de la vida, décadas después Lobato «trabajó» con Brando al doblar a Karl Malden en «El rostro impenetrable».

El pasado mes de septiembre José Antonio Lobato falleció tras una larga enfermedad, dejando huérfano el mundo del teatro y del cine. Sin duda, estamos ante un asturiano todoterreno del que perdurará su imborrable huella.