Hoy 31 de octubre, no serán pocas las voces que se oigan diciendo que las celebraciones del “Halloween” (la noche de ánimas de toda la vida) es una cosa muy de americanos y que no tiene sentido que se celebre aquí. Sin embargo, poco imagina esta gente que la noche de ánimas tiene unas raíces mucho más asturianas que californianas.

El origen de esta fiesta es concretamente celta. Y es que viendo que acababa el buen tiempo y llegaba el duro invierno, las tribus recogían sus cosechas para que no se perdiera, guardandolo todo para que pudiera durarles en el tiempo en la que la tierra no fuera fértil. Los celtas interpretaban el fin del buen tiempo y de la fertilidad de la tierra como el fin del año celta, y pensaban que la última noche del año, cuando el año moría, los muertos se levantaban de sus tumbas caminando por los poblados. De aquí salen leyendas muy conocidas como la de la santa compaña en Galiza o la güestia en Asturias que iba por los bosques y los pueblos gritando “Andai de día que la nueche ye mía”. Estas almas en pena que servían de guía a los muertos más recientes, no suponían un peligro para los vivos, pero si éstos les encontraban y les tocaban sufrirían el mismo destino. Es por ello que para que los espíritus confundieran a los vivos con los muertos y no se ensañaran con ellos, era costumbre en aquella noche a disfrazarse de fantasma. También era costumbre cenar en las tumbas de los familiares o dejar un caldero de agua o un pan a la entrada de los cementerios.

En Asturias se estuvieron celebrando estas costumbres hasta inicios del siglo XX, con la dictadura de Franco que extinguió completamente todas las costumbres paganas y les dio un sentido más cristiano. Por ello muchos años en vez de la noche de animes se ha celebrado la noche de los difuntos con misas y rezos a quienes ya no están.

Al otro lado del charco, los irlandeses, también de origen celta, habían protagonizado una emigración masiva a los Estados Unidos a causa de la Potato Famine a mitad del siglo XIX. Ahí habían seguido celebrando todas sus costumbres, incluida la del día anterior a de todos los santos (All Hallows Eve) que caló en la sociedad americana.

Con el fin de la dictadura y la llegada masiva de medios de comunicación estadounidenses (sobretodo series y películas), muchos se sintieron atraídos por estas costumbres tan festivas, ignorando su verdadero origen. Hoy en día son varias las asociaciones y agrupaciones que llevan ya algunos años recuperando las raíces de algo tan poco americano, aunque nos querer convencer de lo contrario, y tan celta como es la noche de las ánimas.