A lo largo de los años, en los pueblos siempre hubo munchas costumbres con las que celebrar el final de un año y el comienzo del siguiente. En Asturies, en estas fechas de invierno siempre fue muy celebrado l’aguilandu. Siguiendo esta costumbre, los y las jóvenes van a ir pidiendo dinero o comida a los vecinos tras hacer alguna pequeña actuación o alguna canción. Para esto, en muchas zonas era importante ir enmascarado, hasta el punto de que en zonas como Tameza la acción de ir pidiendo se conoce como mazcaráu.

L’aguilandu se pedía normalmente en Nochebuena. Al oscurecer, niños y niñas pequeñas se juntaban para pedir en las casas de los vecinos del pueblo, o incluso en los pueblos de la contorna. Por ejemplo, en San Román (en el concejo de Sariegu) iban a Pedrosa y Verdera (pueblo vecino, pero del concejo de Cabranes). Solían ir con una pandereta, una zambomba y una cesta para meter lo que les diesen. Los niños iban picando en cada casa diciendo “¿Cantar, rezar o echar a andar?”. Si en la casa pedían rezar, los niños rezaban algún Padre Nuestro o Ave María por algún difunto. Esto se hacía normalmente en las casas en las que acababa de fallecer alguien. Si lo que pedían era cantar, los niños cantaban coplas como:

  • Deme l’aguilandu, señora güelina, Un galipu fabes y una manteguina

Tras cantar, a los niños se les daba normalmente una perrona, cuatro castañas, manzanas, nueces, algún chorizo… que metían en la cesta. Sin embargo, también podían encontrarse con alguna casa donde no les daban nada.

En otros lados es costumbre pedirlo representando una auténtica comedia, como es el caso de los zamarrones de L.lena o los guirrios y sidros del Valle del Nalón y Siero.