En la vida tradicional asturiana, se considera «mercáu» al lugar donde se reúnen compradores y vendedores para comprar y vender, respectivamente, sus productos, bienes y servicios, sobre todo ganado, en un espacio relativamente grande.

Lo que empezó como una reunión donde los ganaderos ofrecían sus cosechas a la población, en la que tuvo más presencia el trueque qué el pago monetario, y exhibían el ganado y los productos artesanales para la venta. Hoy en día es un espacio gastronómico, en la que, cada vez menos, la población realiza la compra de sus alimentos semanalmente.

Antiguamente se ofrecían los distintos productos en el mismo espacio físico, que tendía a ser bastante grande ocupando la plaza principal de la ciudad y teniendo lugar varias veces por semana, ya que era el único medio por el que la población podía adquirir los productos con lo que satisfacer las necesidades vitales y las herramientas necesarias para labrar.

Sin embargo, esta tradición ha ido evolucionando con el paso de los años, y lo que antes se conocía como un único mercado hoy nos deja la oportunidad de asistir a más de tres mercados diferentes según el producto que se encuentre en él.

Se mantiene la tradición de situarse en las plazas de las ciudades el mercado que semanalmente le ofrece a los ciudadanos los productos alimentarios y textiles. Pero por otro lado, aquellos mercados en los que se encuentran el ganado y los productos tradicionales, entre otros, tienen lugar de manera esporádica una vez al mes o en fechas señaladas por cada concejo, dejando un amplio calendario de fechas dedicadas únicamente a la ganadería que tiene gran importancia para los ganaderos de todo el país.

Cobran gran relevancia las denominadas «ferias gastronómicas», que también pueden considerarse mercados organizados especialmente para productos gastronómicos asturianos, como pueden ser el queso o la sidra.