En el mundo del deporte no hemos visto hasta hace poco como las mujeres ocupan puestos de reconocimiento, así como premios. Sin embargo, a lo largo de la historia hubo diversas mujeres que intentaron y romper el molde en un intento de lograr los derechos de la mujer. Una de esas mujeres era asturiana, nadadora y se llamaba Esther Sastre.

La historia de esta joven nadadora asturiana (aunque de ascendencia arxentina) nos traslada a un periodo de inestabilidad en España, concretamente a 1930, un año antes de la proclamación de la segunda república y año en el que se va a finalizar la dictadura de Primo de Rivera. Cuando el verano estaba dando sus últimos coletazos, el 12 de septiembre de 1930, sucedió el hito de Esther Sastre. En esta fecha se celebraba en Xixón el que en aquellos momentos se consideraba el mayor derby de natación de Asturias: dos kilómetros y medio nadando en el Cantábrico, la Travesía del Musel a Xixón. Fue aquí donde Esther, con apenas 20 años, se iba a convertir en la primera nadadora en participar en la mencionada competición, corriendo además con la desventaja de su bañador, ya que las prendas de mujeres pesaban el doble que las de los hombres. Esther no ganó la carrera, pero sí la finalizó y pasó a ser la primera mujer en realizarla, siendo la protagonista de los periódicos en la mañana siguiente.

Su hazaña fue un pequeño paso más en la consecución de logros para la mujer, por los que todavía hoy se sigue luchando.