El suceso conocido como la revuelta o el levantamiento de los Perxuraos de Llanera arrancó en 1408, cuando los vecinos de Llanera, pertenecientes al señorío jurisdiccional de la Mitra ovetense, se rebelan contra los comenderos del obispo ante los «agravios y sinrazones» a los que eran sometidos. El incidente que dio comienzo al conflicto se trató de una intromisión de un comendero, quien despojó de un buey a un hidalgo de Llanera por un impuesto de sucesión. La repuesta del obispo fue inmediata, condenando a la excomunión a los vecinos de Llanera, apartándolos del amparo espiritual durante cuatro años. Así la mayoría de las parroquias del concejo quedaron aisladas.

La solución del conflicto tuvo que esperar a la muerte del obispo y el nombramiento de su sucesor. Las causas de esta solución no están claras, se piensa que puede que la conciliación no partiera del nuevo obispo, sino mas bien de los propio perxuraos, conscientes de lo malo que eera alejarse de la Iglesia, implorando perdón. Así el 27 de julio de 1412, cuatro años después, se reúne en Posada la asamblea capitular para resolver el conflicto, retirando todas la penas y sanciones, y reconociendo el error que provocó el incidente cuatro años antes.

A cambio de esto, 30 hombres buenos, 20 hidalgos y 10 pecheros, acudieron en día de fiesta a la iglesia de San Salvador en procesión, descalzos, vestidos con sacos y jubones ceñidos con cuerdas y velas en las manos. El acto de penitencia tuvo lugar el día 31 de julio.