Pocas cosas pueden hacer nuestra vida más amena y dulce que escuchar una buena historia. Ya sea a través de la tele, el cine, la radio, un libro o el teatro, el ser humano lleva sumergiéndose en la ficción desde los tiempos de los griegos clásicos, olvidando todos los males que se le vienen o se le pueden venir encima. De repente, nuestra mayor preocupación no es la hipoteca, ni ese informe que tienes que entregar en el trabajo, o si estás en paro, ni siquiera la maldita pandemia. De repente te preocupa que el protagonista encuentre el amor, o consiga ese tesoro escondido, o simplemente, que se salga con la suya en esa travesura tan graciosa que está preparando. Y esa es la magia con la que la ficción llena nuestra vida. El protagonista de este artículo lleva toda la vida contándonos las historias más graciosas y emotivas que hemos podido oír en las últimas décadas: Tomás (Tom) Fernández.

Tom nació en una pequeña aldea de Oviedo/Uviéu en 1971. Desde muy pequeño se interesó por la literatura y las historias y con poco más de veinte años empezó su andadura por los medios audiovisuales. A mediados de los años 90 empezó a escribir y dirigir cortometrajes de forma amateur, apoyado por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. Sus ganas y dedicación a la hora de contar historias acabaron dando sus frutos con su cortometraje Los huracanes, el surf y los Sioux, que ganó el premio al mejor cortometraje en el concurso Art. Nalón de 1997.

Justo un año después su vida daría un vuelco al fichar por la productora Globomedia, en la que entró a formar parte del equipo de guionistas de 7 Vidas (1999). Se trataba de una sitcom que contaba los desvaríos de un grupo de jóvenes que vivían en el centro de Madrid. La serie resultó revolucionaria por su forma de grabar y su tempo al estilo americano. Resultó un trampolín para actores que hoy tienen un gran prestigio como Blanca Portillo, Carmen Machi, Paz Vega, Gonzalo de Castro o Javier Cámara. Fue precisamente con estos dos últimos con quienes entabló mayor amistad.

En 2001 su viaje cambió el rumbo, fichando esta vez por la productora QüidTV. Ahí colaboró como guionista y Coproductor ejecutivo en varias series de televisión como A medias, protagonizada por Nancho Novo, Iñaki Miramón, Bárbara Goenaga, Marian Álvarez y María José Alfonso.

No sería hasta el año 2004 que Tom Fernández se estrenaría como director de forma profesional, con el cortometraje El Pozu. Se trata de una historia ambientada en la gran represión franquista en Asturias, en la que Lalo, un militante socialista, es detenido por la guardia civil  e interrogado a punta de pistola frente a un pozo, a punto de ser asesinado. Como curiosidad, como vemos en el título, El Pozu cuenta con algunos diálogos escritos en asturiano. Además, este cortometraje lo protagonizó Maxi Rodríguez, otro asturiano que también fue guionista de 7 Vidas.

No tardó el destino en volverle a poner en el camino a la popular serie que le vio crecer como guionista. Y es que en 2008 participaría como guionista en 7 ΖΩΕΣ, la versión griega de 7 Vidas. Aunque, eso sí, correría peor suerte que su homóloga española (sólo contó con siete episodios).

Y es que su vida parece ligada al número 7. Fue precisamente en el año 2007 cuando dio el gran salto como director a la gran pantalla. Ese año dirigió y escribió la que para muchos es su mejor obra: La torre de Suso, en la que se reencontró con sus viejos amigos Javier Cámara y Gonzalo de Castro. Además trabajó también con Malena Alterio, Emlio Gutiérrez Caba y José Luis Alcobendas. Una historia que se centraba en la cuenca minera de Asturias, contando la historia de Cundo, un asturiano que emigró a Argentina y que vuelve a Asturias para el funeral de su amigo Suso. Es ahí donde se reencuentra con viejos amigos, amores, paisajes y sentimientos.  La película bien le valió tres nominaciones a los premios Goya de 2008, a destacar la de mejor director novel a Tom Fernández.

Unos años después, en 2011, repitió fórmula con Para qué sirve un oso, también protagonizada por Javier Cámara, Gonzalo de Castro y el paisaje asturiano. Esta vez la película se centraba en la senda del oso. A destacar en el reparto una magnífica Gerardine Chaplin.

En los últimos años, Tom ha vuelto a trabajar con Javier Cámara como guionista en la serie Vota a Juan, además de estar involucrado en varios proyectos de televisión.

Y es que contar historias es adictivo, ¿hay algo más bonito que contar historias?