28 segundos fue el tiempo que estuvo el piloto francés de Fórmula 1 Romain Grojsean envuelto en fuego dentro de su coche en el Gran Premio de Bahréin. Durante ese angustioso tiempo el francés trató de salir de su coche y ponerse a salvo. Estas imágenes dieron la vuelta al mundo preguntándose muchas personas atónitas cómo Grojsean pudo salir ileso tras ese espectacular accidente a más de 200 kilómetros por hora. La respuesta es simple: la gran capacidad de protección de su traje.

El mono que llevaba el piloto funciona como una coraza por ligero y pegado al cuerpo que parezca. Es vital en este tipo de accidentes y sirve como traje ignífugo cuando las llamas del fuego son la gran amenaza como en este caso. El principal material del traje es el Nomex, una fibra de meta-aramida que es resistente al calor y las llamas.

Pero, ¿Qué tiene que ver Asturias en todo esto?

Estos trajes de protección se producen en la DuPont, en Asturias. La empresa detalló las características del traje de Nomex, el cual, cuando se expone a un calor intenso sus fibras aumentan de grosor y se carbonizan absorbiendo energía térmica. Además estas fibras de Nomex no favorecen la combustión, lo que aclara cómo Grosjean ha salido prácticamente intacto de las llamas que envolvieron su bólido.

Romain Grojsea ha podido salir ileso gracias también a los demás elementos del equipamiento como botas y guantes. El halo, un dispositivo hecho de titanio, jugó también un papel fundamental puesto que protege la cabeza de los pilotos.

La Fórmula 1 controla de manera exhaustiva la vestimenta de los pilotos, puesto que es esencial que esté homologada ya que es un medio de protección vital. Uno de los organismos autorizados por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para dar el testar y validad estos monos es el Instituto Tecnológico Textil (Aitex) ubicado en Alcoy (Alicante).