El pueblo incomunicado y perdido entre las montañas de Asturias, por antonomasia, siempre fue Bulnes, pero ahora ya está comunicado por Poncebos por medio de un tren de cremallera o funicular, que pasa bajo Peña Maín, por un túnel horadado en pelan roca caliza del Parque Nacional de los Picos de Europa. Bulnes era hasta hacer poco el pueblo cabraliego sin acceso rodado, que sus vecinos reclamaban constantemente. Ellos querían una carretera, o pista par todoterrenos, pero les pensaban poner teleféricos. Y, según el proyecto de algún “listo” ¡tres remontes mecánicos a falta de uno!, a saber: de Poncebos a Bulnes, de Bulnes. Pandébanu y de Bulnes a Amuesa. Ahora tiene un tren bajo tierra.

Tampoco tenía este pueblo hasta hace poco tiempo luz eléctrica, aunque sí tenían ya últimamente algunas placas de energía solar o fotovoltaicas. Tampoco tenían médico o centro de salud, ni escuela, ni cura, ni nada de nada. Desde hace un lustro ya tienen casi todo o puedan llegar a ello con facilidad, para empezar, ya disponen de teléfonos. Con este panorama no es raro que allí sólo vivan ahora unos pocos ancianos y los hosteleros.

Para llegar a este pueblo el camino normal, a pie o en caballerías, siempre fue a través del desfiladero que forma el río Bulnes, entre los contrafuertes de Peña Maín y el murallón de Amuesa, conocido por la canal del Texu o salidas de Bulnes. Este camino construido al modo de senda romana se toma en Poncebos, al lado del Cares, del que el río Bulnes es afluente. Allí, al final de la garganta de Cares, hay un puente de la Edad Media, llamado La Jaya, que cruza sobre las aguas color esmeralda del Cares, siendo ese puente el comienzo de la senda al pueblo de Bulnes. Antes de tomarla no era nada raro ver, hasta hace pocos años, en el mismo Poncebos, debajo de un túnel materiales de construcción o piensos y otros elementos de intendencia allí depositados, por los vecinos de Bulnes para ir subiéndolos por la empinada senda a lomos de caballerías, dado que este era su único medio de transporte. El funicular lo cambio todo en este sentido.

Si queremos ir a Bulnes para hacer una visita a esas nobles gentes, siempre abnegadas y voluntariosas para ayudar a los montañeros en apuros, tomaremos esta senda en el citado Puente la Xaya, en Poncebos, pasando junto a una cabaña y después por un rustico puente sobre el rio Bulnes. La senda asciende entre grandes precipicios, siempre rodeada de impresionantes murallas de roca, mientras el rio torrencial se queda en el fondo. Asimismo, debemos de tener cuidado de no recibir rocas que pueden desprenderse de arriba. La senda va ascendiendo en zigzag, por un suelo de piedra suelta.

Al cabo de una hora, o poco más, de ascendente caminata saldremos de la canal del Texu para llegar a Bulnes. Lo primero que encontramos es la salida del túnel del funicular, luego se llega al cementerio y a una rústica capilla, seguido de modestas casas y un bar. La subida al barrio de El Castillo (donde se piensa que pudo existir un castro) se puede hacer desde el barrio de La Villa o un poco antes, pues cerca del túnel del funicular sale un sendero ascendente, tras cruzar un rústico puente sobre el río Bulnes.

Hay quien piensa que por aquí pudo haber una vía histórica, muy antigua, por eso el topónimo El Castillo (o Castro) de vigilancia del camino, la senda empedrada, La Villa bajo la fortificación militar y el haber escapado por ese itinerario montaraz los moros que escaparon de la famosa batalla de Covadonga, en dirección a La Liebana.

Desde Bulnes, por la canal de Balcosín y después y después por la canal de Cambureru, se podría ir hasta la base del Urriellu, la Vega Urriellu, en unas tres o cuatro horas de ascendente caminata, pasando en primer lugar, junto al pueblo, por la cascada de Las Mestas. También se puede ir a ese lugar más fácilmente por Pandébanu, a través del camino o senda deColláu Valleyu. Para llegar a Pandébanu subiremos por un sendero desde el mismo pueblo de Bulnes, en media hora, y a los pocos metros ya se puede ver la parte superior del Picu Urriellu desde allí. Otra ascensión desde Bulnes, con guía experto, puede ser al murallón de Amuesa, en un par de horas.