Echando un vistazo a las características de las figuras de las máscaras de guirrios
y sidros como los de Valdesoto, en Siero, Asturies, es posible vislumbrar cosas en
común con festejos cíclicos de otros lugares y épocas, como el de Santa Brígida, la
irlandesa Brigit, La Candelaria, o las Lupercales.
Las vestimentas de los guirrios o sidros de Valdesoto, son un pellejo de oveja a
modo de cucurucho de cabellos, rematado en un rabo de zorro, con cintas de colores
colgando, y máscara, generalmente colorada, igual que la faja. LLevan cencerros atados
a un cinturón, botas y una vara o palo de más de dos metros en el que se apoyan para
dar saltos. Generalmente, debajo del pellejo llevan ropa blanca como traje, lo que tiene
un simbolismo relacionado con la pureza, los ciclos de purificación, etc. El hecho de
pegar saltos, subirse a los muros, o hacer sonar los cencerros, también nos lleva por el
camino de la semejanza con las cabras.
Los guirrios tuvieron presencia alrededor de Navidad y Reyes en municipios
como Siero, Bimenes o LLangreo, por lo menos, donde hubo guirrios propios y
comedias propias. Un detalle menos conocido de los guirrios, es que llevaban un cordón
azul, verde o rojo que colgaba de la cintura como 50 cms, y rematado en un pomo de
madera, la garapiña, en la que llevaban plantas aromáticas o rape, que daban a oler a las
mozas.
Los guirrios asturianos de Valdesoto figuran al lado de las comedias, en las que
también aparecen personajes como La Vieja, y otros que son parte de los aguilandos y
máscaras ancestrales, por lo que, después de siglos, algunos personajes siguen
apareciendo juntos en un mismo escenario, en este caso, con una estructura teatral muy
definida y cultivada, que se regenera en los textos cada año, pero que es lo mismo que
se representa con las figuras de otras mascaradas de invierno en las que aparecen La
Vieya, El Vieyu, los soldaos, el diañu, con sus cuernos, el mélicu, el afilaor, les dames,
los galanes, los tontos, la representación del parto del año nuevo, cristianizado con el
niño Jesús, ceniceiros, les goxes, basoira, zamarrones, etc.
En la zona del Suroccidente astur, Degaña, Tinéu, Canga del Narcea, etc…,
aparecen las figuras de los xamasqueiros, o frasqueiros, que además de formar
compañía con los aguilandeiros, también tienen una función en las danzas rituales de
palos, delimitando a los danzantes y para que la gente no estorbe a su paso, lo que es
una función muy similar a los guirrios en las comedias. De hecho, en algunos lugares, a
este personaje que guía las danzas se le conoce como Birria, que, como comenté más
arriba, es un vocablo relacionado etimológica y semánticamente al guirriu, y a las
ovejas/cabras. Los xamasqueiros, dando con las ramas/xamasques a la gente, puede
considerarse un deseo de fertilidad, sobre todo cuando golpean a las mozas.
