De los tres centenares de gargantas o foces, el desfiladero de Los Arrudos es de lo más bello que se puede contemplar en fácil caminata.

Partiremos desde la localidad de Coballes (Casu), tomando un ramal que nos conduce a la típica aldea de Caliao, siguiendo el río de igual nombre. A los pocos kilómetros dejaremos a la izquierda la carreterina que va a la aldea de La Felguerina, que merece la pena visitar. Si disponemos de tiempo por esa zona sale una pista hacia el lago Ubales, por la que fue antiguamente una calzada romana o vía histórica.

En Caliao comenzaremos la caminata por una caleya o pista que conduce a un área recreativa y a la ermita de San Antonio. De allí sale el camino a la majada de Cotu Fresnéu. Aproximadamente tardaremos una hora en llegar a las cabañas de pastores de esta vega, una de las más hermosas de las tierras casinas. Además de la citada ermita, un poco desapercibida para el viajero, también podremos ver un antiguo molino de agua, actualmente fuera de servicio.

Desde Cotu Fresnéu seguiremos por un camino que nos sitúa al poco tiempo a las puertas del hermoso desfiladero de Los Arrudos, formado por el río del mismo nombre. Desciende torrencial de lo alto de los puertos de Contorgán, en los límites asturleonéses de la Cordillera Cantábrica.

Ascenderemos por el empedrado sendero, embaldosado con grandes piedras planas. Hay quien cree que fue una senda o calzada romana que bajaba de San Isidro.

Cruzaremos el río por singulares puentes, llamados La Calabaza de Arriba y La Calabaza de Abajo. Tras una hora de subida, llegando a la zona de La Fontona podremos dar por finalizada la ascensión, pues allí se terminan Los Arrudos. Aunque el sendero continúa hasta los citados puertos de Contorgán y San Isidro. Así como a las majadas de La robre y Rexecu (desde donde se llega a los lagos Ubales, La Caballuna, Piornal, Torres, Cuetu Ladrón y Llaguiellu). También hay senderos que van hasta el Picu Retriñón, Monte Llaímo y majadas de La Valencia y La Felguera, en los límites de los concejos vecinos de Casu y Ayer.

Esta es una zona en la que abundan las hayas y los acebos. Refugio natural de urogallos, lobos, venados, corzos, jabalíes y rebecos.

En La Fontona, lugar ideal para comer a la orilla del río, hay una canalización de aguas para Xixón. El proyecto es del año 1926, aunque no se terminó hasta 1944, y entró en funcionamiento un lustro después. Esta traída de aguas garantiza que en la Villa de Jovellanos se tenga agua en abundancia. Tiene un caudal de unos doscientos litros por segundo, más de setecientos mil litros a la hora. La tubería hasta Xixón, es de casi sesenta kilómetros de recorrido y pasa por la falda del cordal de Peña Mayor, entre otras montañas y sierras.

El regreso a Caliao aconsejamos hacerlo por el mismo itinerario, descendiendo tranquilamente por Los Arrudos. Debemos parar alguna vez para contemplar la Naturaleza (no todo tiene que ser andar y andar sin sentido). Así podremos ver en los altos roquedales a los gráciles rebecos, si la suerte nos acompaña y no vamos dando voces.

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