Pocas cosas hay más tradicionales en Asturias que la sidra. Y antes que la sidra tenemos la manzana, así que está claro que la tradición de la que hablaremos hoy es una de las más importantes para la cultura de lo nuestro: recoger manzana.

            Los concejos más sidreros de Asturias seguramente están habituados a estos conceptos y no será ninguna novedad para ellos decir que la época para esta actividad se extiende durante todo el otoño. Es decir, desde septiembre hasta inicios de noviembre. Concejos bastante sidreros como Villaviciosa celebran esta época con una bonita fiesta a inicios de octubre (el festival de la manzana), aunque este año no puede celebrarse a causa del COVID. Según los expertos es importante que la manzana se haga en tiempos más frios, que es lo que favorecerá después a la elaboración de la sidra.

            A la hora de recoger manzana, lo habitual es cogerla del suelo y no recogerla del árbol. Para esto es habitual un proceso que se conoce como “llimir pomares” que consiste en agitar ramas de la pomarada con una vara para favorecer la caída de las manzanas y recogerlas desde el suelo. La cantidad de manzanas que puedan recogerse en una jornada depende de la maquinaria que se vaya a usar para ello: las más sencillas recogen manzanas en cajas de 25 kgs o sacos de 50 kgs que se descargarán después a mano a un remolque o en cajas recolectoras de 300 kgs. con mecanismo hidráulico que puede elevar y bascular la manzana a un remolque. Otras más sofisticadas aspiran la manzana directamente del suelo y hacen que lleguen a un remolque mediante unas cintas transportadoras.

            Un esfuerzo notable que nuestros granjeros hacen cada año para que podamos disfrutar de algo tan nuestro como un auténtico culín de sidra asturiana.